jueves, 3 de febrero de 2011

Desert of Desolation - Capitulo 4

Los personajes se levantaron, mientras el viejo les seguía dando la bienvenida. -¿Quiénes son ustedes?- pregunto Michelangelo, confuso por la situación.
                Se presento el  hombre más viejo como Amán Al-Raqib, y el hombre robusto de al lado era lógicamente de seguridad ya que permaneció callado y fue el viejo quien tuvo que presentarlo como Fulgarm. Amán, era una persona muy importante en la ciudad de Brazilaar, de mucho dinero y aparentemente bastante poder, a pesar de la repentina aparición del grupo él no estaba para nada sorprendido por la aparición de los cuatro aventureros.
Raynard, interrumpiendo el poco carisma de Michelangelo, comenzó a hablar cordialmente con Amán, y a tratar de averiguar la situación en la que se encontraban. Según este hombre, ellos estaban allí porque habían sido enviados por Remigius el Caótico, persona que ninguno de los cuatro conocía, y fueron enviados para cumplir una misión, de la cual tampoco tenían conocimiento. Además los consideraba cuatro personas extremadamente poderosas. Raynard, estaba convencido de que por el momento, lo mejor era seguirle la corriente a lo que estaba diciendo este hombre, ya que estaban muy heridos y claramente Amán no era una persona común y corriente, sumado al enorme joven que tenia detrás que no parecía ser fácil de derrotar.
                Al cabo de un rato los personajes acordaron con Amán que para poder cumplir con la misión lo mejor era que descansaran, este les ofreció que vayan a una de sus posadas. Cuando se dispusieron a retirarse, Raynard se quedo hablando a solas con Amán, quien le termino regalando un anillo que al ponérselo, hacia que toda la fatiga del hobbit desapareciera junto con el hambre y el sueño.  Raynard, confuso y aliviado por la sensación del anillo, agradeció y se retiró a donde estaban sus compañeros.
La posada de Amán era muy lujosa, había un montón de mujeres hermosas a disposición de los aventureros y distintos tipos de lugares para dormir para cada uno de ellos, como por ejemplo, habitaciones subterráneas hechas en túneles para los enanos. Después de apreciar la posada un buen rato los personajes decidieron que lo mejor era descansar, para recorrer y conocer la ciudad al día siguiente.
Pasaron la noche sin sobresaltos, más allá de una serie de ruidos producidos por una patrulla que cuidaba la ciudad. Al día siguiente decidieron separarse. Michelangelo y Rorik, recorrieron la ciudad, en busca de algún lugar donde poder curar sus heridas producto de la batalla. Ingresaron a una iglesia, no había pasado ni segundo de entrar, que Rorik parecía poseído y solo miraba el techo, se encontraba en trance (hablando con el Dios de la religión de la iglesia). Michelangelo por su parte, pudo recorrer el lugar, hablo con uno de los sacerdotes, este curo completamente al enano y le ofreció convertirse a su religión, la cual se podía observar que acostumbraba a dar y ayudar sin pedir nada a cambio. Nengwen y Raynard decidieron quedarse en la posada disfrutando de los placeres ofrecidos por las mujeres del lugar.
Una de las noches fueron a una taberna llamada El Camello Oscilante, por suerte para los aventureros que carecían de dinero fueron invitados por los guardias de la caravana que se dirigía hacia el Oasis de la Palmera Blanca (lugar al que debe ir el grupo para cumplir con la misión de Amán Al-Raqib), una vez en la taberna bebieron cervezas hasta el hartazgo, Rorik un poco más alegre de lo normal decidió brindar con la taberna entera por su dios a los gritos –¡¡Viva Clangedin Bargenta!!- gritaba el enano mientras alzaba su barril de cerveza, esto produjo un momento muy incomodo, de silencio absoluto en el bar, en el que se noto una gran división religiosa, entre los habitantes nativos, que creen en el único dios de la zona, y los visitantes que traen sus propias religiones de afuera de la región. Fue entones que en la taberna se cruzaban miradas asesinas entre los lugareños y los de extranjeros, muchas de las miradas se centraban en Rorik mientras que algunos pocos lo felicitaban o le invitaban tragos que el enano rechazaba amablemente, otros lo maldecían por lo bajo, el enano sin más remedio volvió veloz a su mesa. Después de esto los guardias que estaban con ellos, les comenzaron a hablar y fue entonces que se enteraron de rumores de una maldición que había sobre toda la región, que provoco la sequia y por lo tanto la formación del desierto en el que se encuentra la ciudad. Esta maldición también provoco la separación del pueblo entre los que quieren divulgar la verdad (un pequeño grupo al que llaman Derviches) y los que quieren esconderla (El resto del pueblo de Brazilaar). Cuando llegaron a la posada los cuatro se pusieron a hablar al respecto de todo lo que había pasado y llegaron a la conclusión de que su misión era romper la maldición, cosa que nadie había conseguido hasta ahora.
A partir de allí, las conversaciones con Amán Al-Raqib aumentaron, ya que, los personajes trataban de sacarle la mayor información y/o ayuda posible, lo único que Amán les había conseguido era que el grupo viajara junto con la caravana local, conocida como la Cofradía de los Viajeros de la Arena, cargando los productos de los mercantes y de esta manera pagar el viaje con la caravana, dado que, seguían sin dinero y si viajaban solos estarían expuestos a los peligros del desierto al cual no están acostumbrados. Para viajar con dicha caravana debían quedarse unos días más hasta que la caravana esté lista para partir.
En los días que esperaban, Michelangelo y Raynard consiguieron un lugar para entrenarse, donde aprendieron en forma básica el uso de lanzas, algo muy útil para Michelangelo después de la pérdida de su Axe of Hurling. Nengwen y Rorik por su parte, recorrieron la ciudad en su totalidad, y más de una vez pensaron en robar una alfombra mágica a un vendedor local, cosa que finalmente no hicieron. Finalmente Rorik se unió a los entrenamientos de los otros dos pequeños no para aprender a usar la lanza sino para acostumbrarse a pelear en el desierto, ya que las condiciones del suelo y el clima no es a lo que están acostumbrados. Pasado ese par de días, los cuatro estaban preparados para partir de esa extraña ciudad, junto con la caravana hacia el desierto.

jueves, 21 de octubre de 2010

Desert of Desolation - Capitulo 3

Pasaron varias horas desde que se levantaron hasta que emprendieron nuevamente su viaje los aventureros, ya que, seguían agotados por la batalla del día anterior contra los orcos. Cerca del medio día retomaron su viaje hacia Luzkan, a lo lejos se podían ver nubes de tormenta, pero esto no le impidió al grupo continuar, mas tarde se darían cuenta de su error, el camino era tan complicado como el que venían siguiendo hasta el momento, bordeando los acantilados que seguían al rio.
            Ya se acercaba la noche y con ella la tormenta, fue momento de buscar un buen refugio al que la creciente del rio no le llegara, los Enanos fueron los encargados de buscar un lugar adecuado, así fue que se encontraron con una cueva que parecía de lo más apropiada para descansar, ya que no habían marcas de que el rio creciera hasta allí y sobre todo no había ningún peligro de derrumbe. Una vez elegido el lugar, los Enanos buscaron al Elfo y el Hobbit, juntos entraron a la cueva en la cual se sentía un profundo olor a descomposición, los aventureros no tardaron en notar una gran pila de huesos la cual tenía huesos de distintos tamaños y de distintos animales, se podían distinguir algunos grandes como los de un caballo y chicos como el de las ratas. Ya era demasiado tarde para buscar otro refugio, finalmente había comenzado la tormenta, afuera de la cueva llovía y nevaba al mismo tiempo que el viento comenzaba a aumentar su velocidad lo cual hacia tremendamente peligroso estar a la intemperie.
            Al grupo de aventureros no le quedo otra más que revisar la cueva hasta el fondo para asegurarse que nada los sorprenda a la noche, pero antes de poder comenzar a investigar escucharon algo que les helo la sangre, el gruñido de una bestia que parecía ser lo bastante grande como para tragarse al Hobbit de un bocado, los personajes se prepararon para lo peor, Rorik saco su hacha de batalla y su escudo justo después de castear un Bless a sus compañeros, Nengwen se preparo para castear un Web en el instante que visualizara a la criatura, Michelangelo saco su Axe of Hurling y un Nunchaku y finalmente Raynard se escondió entre las sombras y se preparo para atacar a la criatura por la retaguardia, finalmente de las sombras emergió una criatura de tres metros y medio de largo, bastante delgada, su piel era de color verde mohoso, con manchas grises, sus brazos y piernas eran largos y desgarbados, sus piernas terminaban en un gran pie con tres dedos y los brazos en anchas y poderosas garras afiladas, la criatura se acerco al grupo a una velocidad considerable arrastrando los brazos.
            Al ver a la criatura corriendo hacia ellos Nengwen lanzo su hechizo, segundos después Michelangelo le arrojo su hacha, la cual quedo atrapada en la telaraña que creó el Elfo, la criatura no dudo y alzo una de sus garras con la cual deshilacho la telaraña, la cual cayo como si fuera hecha de finos hilos, junto con ella cayo el Hacha del Enano. Rorik y Raynard aguardaban a que se les acercara lo suficiente, ni bien pudo Rorik golpeo con su hacha mientras Raynard le atacaba los talones con su espada y Michelangelo recibía el primer impacto que le desgarro tanto la armadura como la piel, las garras de esta criatura eran tan poderosas como espadas bien afiladas. Había comenzado un combate feroz en el cual Rorik y Michelangelo eran los objetivos de la criatura mientras que Nengwen y Raynard se sentían impotentes ya que carecían de habilidades en el combate cuerpo a cuerpo con criaturas tan grandes, esto no parecía afectar a los enanos que estaban entrenados para pasar entre las piernas de la criatura y atacar desde los puntos más vulnerables de esta, pero esto no evitaba que sufrieran los impactos de las garras.
            Tras varios minutos de pelea los personajes se dieron cuenta que la criatura no se quejaba de los golpes que estos le propinaban y sobre todo parecía que se curaba a una velocidad increíble, a los segundos de hacerle un corte este se regeneraba, justo cuando comenzaban a desesperarse notaron que le hacían más daño del que podía curar, entonces Nengwen decidió tirarle con sus dardos mágicos mientras que Michelangelo utilizaba su mejor estilo de combate y le pegaba con sus dos Nunchakus, al mismo tiempo que todo esto sucedía Raynard decidió pasear por la cueva para ver si encontraba algo de utilidad, para cuando volvió los demás habían derribado a la criatura, la cual cayo inconsciente, pero continuaba regenerándose. Sin titubear el Hobbit saco un pequeño círculo negro de su bolsillo el cual comenzó a desplegar hasta que tomo el tamaño de un circulo de un metro de diámetro, a continuación lo apoyo en el piso y les dijo a sus compañeros –Tenemos que cortar a la criatura en pedacitos para que pasen por el agujero, tiramos los pedazos adentro y nos libramos por fin de ella.- así lo hicieron aunque las partes parecían tener vida propia, en un intento de Nengwen por cortarle una mano esta salió disparada hacia el brazo del Elfo al cual quedo agarrada haciéndole mucho daño. Finalmente lograron tirar todos los pedazos al agujero el cual el hobbit volvió a plegar para guardarlo en su bolsillo.
-¿Qué encontraste en la cueva?- le pregunto Rorik al Hobbit
-Solo huesos de animales muertos- contesto Raynard, y antes de que pudieran seguir hablando escucharon los gruñidos de aproximadamente 9 criaturas y sonaban exactamente igual a la que acababan de derrotar con mucho esfuerzo, una fue bastante complicada, más de media docena de esas criaturas a la vez era prácticamente imposible, atemorizados huyeron al interior de la cueva, en un intento desesperado Raynard saco su agujero y lo dejo en el piso esperanzado de que alguna de esas criaturas se cayera en el.
            Habían llegado al final de la cueva y no tenían como escapar, escuchaban a las criaturas que se aproximaban por el pasillo, los Enanos se prepararon para pelear, mientras que el Hobbit busco en su bolsa y saco un par de pergaminos junto con 5 cubos de oro, le entrego todo al Elfo y le dijo -Lo encontré mientras ustedes peleaban con la criatura, no sé que hacen, fíjate si podes hacer algo.- Mientras los enanos aguantaban contra las criaturas que iban entrando, Nengwen leía los pergaminos lo más rápido que podía y Raynard trataba de volver al principio de la cueva a buscar su círculo sin ser visto, pero era imposible pasar por el pasillo sin tocar a las criaturas, así que se quedo en donde estaban todos tratando de que no lo vean. Nengwen había comenzado a hacer dibujos en el piso y a ubicar los cubos de cierta manera mientras recitaba unas palabras extrañas. –Ya está casi listo, entren todos al círculo que nos vamos de acá- dijo el Elfo y todos obedecieron, cuando por fin estaban todos adentro Nengwen dijo las palabras finales del conjuro, todo cambio.
Sintieron como si fueran tirados hacia atrás por una cuerda invisible atada en su cintura, al mismo tiempo todo comenzó a moverse a gran velocidad y era imposible distinguir algo de lo que veían, después de unos largos segundos cayeron en el piso de una habitación bien iluminada por la luz del día, las decoraciones eran muy hermosas y parecía que era la habitación de la casa de alguien muy importante, al levantarse y tratar de acomodarse la ropa notaron que las criaturas no estaban pero en lugar de ellas estaban paradas dos personas, un viejo y un tipo bastante más joven pero mucho más grande y robusto, el viejo vestía una túnica y con una sonrisa les dijo bienvenidos a Brazilaar, mientras que el joven levantaba su enorme garrote con pinchos en la punta y gruñía.

lunes, 4 de octubre de 2010

Desert of Desolation - Capitulo 2


Ya había pasado una semana desde que el pequeño grupo de aventureros, había logrado escapar del campamento de los orcos y continuado con su camino a Luzkan. El camino que seguían era complicado, ya que, por momentos caminaban por acantilados que bordeaban el rio, aunque la mayor parte del viaje lo hacían por las planicies, por supuesto siempre iban siguiendo el rio, dado que, esta era la única forma que conocían de llegar a la ciudad.
            Una noche, durante la primer guardia, que le correspondía a Raynard, este escucho algunos orcos a lo lejos discutiendo sobre porque uno de ellos estaba tirando piedras. Raynard veloz pero sigiloso fue hasta el campamento que habían preparado y despertó a los demás para comunicarles lo que había escuchado.
-Hay orcos detrás de nosotros- Dijo Raynard
-¿Orcos?- quiso saber Rorik al mismo tiempo que Nengwen pregunto -¿Estas seguro?-
-Si, son orcos. Si estoy seguro- Contesto Raynard mientras que la cara de Rorik se ponía  roja de ira
-¡¡¡¡A LA CARGA!!!! Por Clangeddin Bargenta- Grito Rorik mientras salía corriendo hacia donde estaban los orcos.
Los demás intentarlo detenerlo, pero ya era demasiado tarde, había arrancado con sus canticos y Michelangelo lo estaba acompañando listo para pelear, habían pasado apenas unos segundos cuando una lluvia de flechas callo sobre ellos dejando gravemente herido a Nengwen, el cual se hizo invisible con uno de sus hechizos y se movió a un lugar mas seguro, lejos del combate.
Mientras Rorik y Michelangelo seguían corriendo hacia los orcos, con la moral elevada gracias a los canticos del primero, Raynard se movía entre las sombras para ubicarse en un punto estratégico del cual poder disparar su ballesta, una vez alcanzado este punto, comenzó su ataque contra los orcos.
Los dos enanos recibieron una gran cantidad de flechazos antes de llegar hasta los orcos, ya que estos solo le disparaban a los enanos (los orcos no veían ni al elfo, ni al hobbit), de los cuales Rorik había recibido el mayor daño, ya que, Michelangelo tenia un escudo mágico, que atrae hacia él los ataque que van dirigidos hacia el cuerpo del que esta usando ese escudo. Raynard solo había conseguido eliminar a uno y dejar gravemente herido a otro, antes de que los enanos pudieran comenzar con sus ataques, el hobbit era el único que había visto a todos los orcos, los cuales eran doce en total, mientras que los enanos solo veían a siete, de los cuales uno estaba caído y no sabían porque.
Antes de poder comenzar un ataque cuerpo a cuerpo, Michelangelo comenzó a atacar con su Axe of Hurling, un hacha de batalla mágica capas de ser lanzada y que tenía la habilidad de volver siempre a la mano del que la arrojaba, con esta arma logro derribar a uno de los orcos con su primer intento, el segundo intento erro su objetivo por muy poco y antes de poder realizar el tercer intento ya se encontraban a menos de un metro de distancia de los oponentes así que comenzó por fin el combate cuerpo a cuerpo.
Rorik estaba muy grave y se estaba enfrentando a tres orcos, de los cuales uno tenia una flecha clavada en la espalda y estaba bastante herido, Rorik pensó que estaba muy grave el orco, ya que, le salía espuma por la boca mientras gemía de dolor. Antes de poder dar su primer golpe el clérigo decidió curarse con uno de sus hechizos pero fracaso al ser golpeado mientras casteaba el conjuro. Ya al borde de caer inconsciente trato de tomarse una poción de extra healing que llevaba con él, pero no lo logro, había sido golpeado por dos de los tres orcos y cayo al piso con la poción en su mano casi tocando sus labios.
Al ver esto Michelangelo, que se había encargado de derrotar a uno de los dos orcos con los que peleaba, analizo la situación y se dio cuenta de que se encontraba solo, y que los siete orcos que habían visto en un principio, eran en realidad doce de los cuales únicamente habían caído tres. Fue entonces que tomo la decisión de retirarse y abandonar a su gran amigo, el enano se largo a correr cubriéndose con el escudo de posibles flechazos, detrás de el corrían cinco orcos con sus hachas dejando a cuatro atrás, de los cuales uno era el que estaba herido por una flecha y estaba intentando darle el golpe final al enano caído, justo antes de que esto suceda Raynard le dio otro flechazo y el orco cayo muerto sobre Rorik haciéndole un daño casi mortal.
Mientras Raynard trataba de encontrar la forma de rescatar a Rorik y Michelangelo huía de los orcos, Nengwen miraba como sucedía todo desde el otro lado del rio, cuando por fin tomo la decisión de cruzar el rio e ir a ayudar a sus compañeros, se dio cuenta que cerca de él se encontraba una persona a la cual rodeaba un aura dorada, así que opto por no moverse, ya que, si entraba al agua, por mas invisible que estuviera se iban a dar cuenta de su existencia y su posición.
Raynard había logrado acercarse hasta donde se encontraba Rorik sin ser visto, una vez allí se dio cuenta de la poción que tenia en la mano el enano y se la dio esperando un milagro, y así fue, el enano recupero la conciencia y comenzó a moverse, pero esto no era bueno para Raynard, tenia tres orcos al lado que se habían dado cuenta de los movimientos del enano, así que el hobbit desenfundo su Sword of Quickness que le permitía pegar primero, los orcos solo vieron un destello que en unos segundos le había cortado la garganta a uno de sus compañeros, los dos orcos restantes estaban fascinados con el pequeño hombrecito y su gran destreza, así que se inclinaron haciendo una reverencia, pero esto solo les sirvió para que el hobbit matara al segundo orco, mientras que Rorik se levantaba para golpear al tercero sin éxito, el orco sobreviviente trato de huir pero el hobbit saco su ballesta y le dio un flechazo que lo dejo sin vida.
            Al mismo tiempo que Rorik se recuperaba Michelangelo continuaba con su huida y confiaba en que su gran estado físico le iba a permitir correr más tiempo que los orcos. Para desgracia de Nengwen el enano corría en su dirección y traía detrás de él cinco orcos, pero por fortuna la persona con el aura dorada había desaparecido. Faltaba un minuto aproximadamente para que el enano y los orcos se toparan con el elfo, pero este ultimo ya había ideado un plan, cuando el enano pasara entre dos arbustos de buen tamaño, el elfo iba a tirar su hechizo web que le permitía crear una telaraña y de esta forma atrapar a los orcos detrás del enano, y así lo hizo, al pasar Michelangelo por los arbustos, detrás del enano apareció una telaraña que atrapo a los cinco orcos, estos no podían mas que forcejear para intentar escapar, pero era en vano. Nengwen recordó que las telarañas eran altamente inflamables, así que fue hasta la fogata de su campamento, tomo una rama prendida fuego e incendio a los orcos junto con la telaraña, uno de los orcos sobrevivió al fuego pero el enano estaba preparado y le arrojo su Axe of Hurling, esta voló directo al cuello del orco y le corto la cabeza, para después volver a la mano de su amo.
Había sido un duro combate y todos menos el hobbit estaban mal heridos, al final habían logrado matar a todos y cada uno de los orcos, así que se dispusieron a descansar, no antes de insultar a Rorik por explotar de esa manera que casi les cuesta al vida. Después de descansar por algunos minutos, Rorik comenzó a curar a sus compañeros y a él mismo con sus hechizos de curación, cuando termino de curar a sus compañeros dijo que el tomaría la siguiente guardia, la cual aprovecho para limpiar su arma y armaduras, se tomo su tiempo en peinar su barba con el peine de marfil que llevaba para todos lados, este era un ritual que no podía evitar hacer antes de dormir, tenia la necesidad de tener todo limpio y ordenado. Al terminar su guardia, en la cual no hubo ningún problema, despertó al Michelangelo para que vigilara, este también pasó la guardia sin problemas y despertó a Nengwen para que hiciera la última guardia. Finalmente pudieron descansar bastante.
A la mañana siguiente se levantaron, desayunaron y hablaron sobre el combate de anoche, Rorik tenía planeado recoger todos los cuerpos para darles un funeral, pero Raynard ya se le había adelantado y los había incinerado a todos. Después de revisar un poco la zona se dieron cuenta que estos orcos los venían siguiendo, los mas probable es que eran parte del campamento en el que estuvieron capturados y los perseguían para vengarse.
Sin darle más importancia los aventureros continuaron con su viaje hacia la ciudad.

viernes, 1 de octubre de 2010

Desert of Desolation - Capitulo 1

Habían pasado varias semanas desde que Rorik Barbadeseda y Michelangelo Chacomaster partieron hacia Luzkan, era un día muy frió y con poca visibilidad debido a la aguanieve que caía, pero los dos enanos continuaban sin importar nada, ese fue su mas grave error hasta ahora en el viaje, ya que por la escasa visibilidad no se dieron cuenta de que los seguía un grupo de orcos. En el momento que los enanos decidieron armar el campamento, los orcos los atacaron y los capturaron para luego llevárselos a su campamento.

El campamento de los orcos era pequeño pero todos los integrantes parecían bien preparados para pelear, los enanos fueron arrastrados hasta una choza en la que ya había un Halfling y un Elfo. Al retirarse los orcos quedaron en silencio por un buen rato.
-Mi nombre es Raynard Whitewolf- Salto el pequeño Halfling -¿Y ustedes como se llaman?- , uno de los enanos le contesto -Yo soy Rorik Barbadeseda y el es Michelangelo Chacomaster- , el elfo continuaba en silencio como si no escuchara nada de lo que dijeran los demás, -¿Cual es tu nombre?- pregunto Rorik molesto -Su nombre es Nengwen Undómiel y es todo lo que me dijo en los dos días que llevamos acá.- aclaro Raynard. Los enanos y el hobbit hablaron por un buen rato explicando cada uno como era que habían llegado hasta ese lugar y como podían hacer para escapar cuando de pronto entro un orco y se lo llevo a Michelangelo, -¿Que esta pasando?- pregunto Rorik sobresaltado -¿A donde se lo llevan?- , nadie contesto nada y los orcos se lo llevaron al enano, -Es así todos los días, te llevan un par de horas con ellos y después te traen de vuelta- contó el halfling -Pero, ¿que van a hacer con el?- quiso saber el enano que quedaba, pero el hobbit no contesto, solo agacho la cabeza en señal de que no le esperaba nada bueno. Afuera de la carpa se escuchaban los gritos del enano y los festejos de los orcos, al cabo de un par de horas Michelangelo volvió todo golpeado, -¿Que te hicieron?- pregunto Rorik desesperado y Michelangelo solo suspiro profundamente.
Pasaron su primer día juntos y el Elfo seguía sin decir ni una palabra. A media mañana los orcos entraron y se llevaron al pequeño hobbit que trataba de oponer resistencia, Rorik estaba desesperado, gritaba para que no se lo lleven, el no saber que les hacían lo volvía loco y su amigo desde ayer que no hablaba, se había ido el único con el que podía conversar. Pasaron 2 largas horas hasta que trajeron de nuevo al hobbit, este también estaba golpeado pero mucho menos que el enano. -¿Que es lo que te hicieron?- Quiso saber el enano ya casi al borde de un ataque de nervios, pero el hobbit no llego a contestar que los orcos se llevaron a Rorik, forcejeó todo lo que pudo, pero estaba atado y los orcos eran mas.
Los gritos de sufrimiento del enano no pararon en toda la tarde y recién al anochecer lo devolvieron a la choza, al entrar de nuevo en el lugar que los tenían cautivos Rorik había entendido todo, el silencio de todos era una promesa de que jamás se iba a decir lo que pasaba afuera de la choza, no se lo iban a contar a nadie, ni siquiera lo iban a hablar entre ellos.
Los días pasaban y los orcos los seguían sacando de a uno para devolverlos un poco mas golpeados y extremadamente cansados, hasta que un día, cuando trajeron de vuelta al elfo este hablo por primera vez y dijo -No me ataron bien, creo que puedo aflojar las cuerdas y soltarme, si colaboramos todos podremos escapar de este infierno.- los demás se miraron tan solo un segundo, -¿Que estas esperando?- preguntaron los tres al mismo tiempo. Al cabo de unos minutos eran todos libres de sus ataduras, pero todavía tenían que escapar del campamento, así que decidieron esperar a la noche cuando los orcos descansaran para matarlos a todos y poder escapar.
Una vez llegada la noche salieron de la choza de la manera más sigilosa posible y fue entonces cuando se dieron cuenta de las habilidades del Halfling o mejor dicho se dieron cuenta que ya no lo veían ni escuchaban, era muy hábil para esconderse y no hacer ruido. Lo primero que hicieron fue buscar la choza donde tenían sus cosas, el halfling entro sin ser visto, tomo su espada y le corto el cuello al guardia que estaba dentro, una vez armados fueron por el resto, eran aproximadamente unos 15 orcos adultos, todos machos así que no dudaron ni un segundo en masacrarlos, no después de todo lo que les habían hecho.


Por fin eran libres y se dispusieron a irse del lugar, al avanzar unos cuantos metros se dieron cuenta que todos iban en la misma dirección, -¿hacia donde van?- pregunto Nengwen -A Luzkan- contestaron los 3 pequeños al mismo tiempo.
Después de una pequeña conversación se pusieron de acuerdo en que lo mejor para todos era continuar su viaje juntos y así lo hicieron.   



miércoles, 29 de septiembre de 2010

Clangeddin Bargenta

Clangeddin Bargenta


El dios enano de la guerra. Su nombre siempre esta en labios de aquellos que tienen que librar una batalla o que se dedican a la lucha como profesion.


Símbolo: Dos hachas de batalla cruzadas
Alineamiento: Legal Bueno
Áreas de Control: Batalla, guerra, valor, valentía, honor en la batalla
Dominios: Bien, Enano, Fuerza, Guerra, Ley
Arma Predilecta: Mal de Gigantes (hacha de batalla)
Escenario: Reinos Olvidados

Símbolo de Clangeddin Bargenta
Historia/Relaciones
El principal templo de la fe de Clangeddin es Alagh Rorncaurak, la Caverna de la Batalla de Valor Insaciable. El templo es una enorme caverna natural situada en las Montañas Terrapid cerca de Impiltur.
El templo sufre continuos ataques por parte de hordas orcas que buscan poner fin a los enanos. Los clérigos de Clangeddín han conseguido fortificar parte del antiguo reino de Terrapid pero han sufrido numerosas bajas.
Cindarm mac Faern, el bisnieto de Torg mac Cei, el último Señor del Hierro de Terrapid, lidera a los guerreros de elite del templo y ha logrado contener con gran eficacia numerosos asaltos orcos.
La llegada de numerosos mercenarios enanos del clan Hammerhand ha permitido al templo reforzar su posición tras haber estado a punto de caer frente a los ataques orcos.
Relaciones
Clangeddin esta aliado con todos los dioses del panteón enano excepto con Laduguer, Duerra de las Profundidades y Abbazhor. La razón de la disputa entre ambos se encuentra en que siglos atrás Clangeddin avergonzó a Abbazhor y desde entonces ha habido una fuerte enemistad. Clangeddin por otro lado no teme ni se preocupa de las acciones que pueda llevar a cabo Abazhor.
Dentro del panteón enano Clangeddín trata a Hela como su hija y protegida pero sabe que además puede contar con la ayuda de deidades como Guerdal mano de hierro, Arvorin, el Caballero Rojo, Torm y Tyr.
Para Clangeddín la única deidad gigante buena es la deidad muerta por lo que sus intentos a lo largo de los siglos de matar alguna deidad de los gigantes han sido innumerables. A pesar de que no ha tenido éxito no ceja en su empeño de seguir adelante.
Dogma
Las mejores horas de la raza enana se dan en los asaltos y fintas de la guerra. Aprovecha la oportunidad de defender a tu gente y asegura su victoria cada vez que surja un conflicto. Disfruta con el desafío de una buena lucha, y nunca flaquees frente a la adversidad, no importa cuan ominosa sea. Las vidas nunca deben ser desperdiciadas inútilmente, pero el mayor honor es sacrificarse a uno mismo por la causa en el campo de batalla sirviendo a un fin justo. Cuando no estés luchando prepárate para el siguiente conflicto de manera física y táctica y adquiriendo recursos. Ataca a los gigantes de las colinas siempre que sea posible, y a los otros gigantes malignos siempre que sea necesario.
Clérigos de Clangeddin Bargenta
Los clérigos de Clangeddin se conocen como los alaghor (“aquellos que demuestran valor en la batalla”). Los clérigos de Clangeddin no gozan de buena fama fuera de las comunidades enanas que los ven como bersekers descontrolados pero lo cierto es que los clérigos buscan de forma continuada el conocimiento en el arte de la guerra.
Además, desempeñan un papel importante dentro de la sociedad enana pues no solo realizan labores de instrucción si no que además enseñan y forjan armaduras y armas. También son muy valorados como consejeros en tiempos de guerra debido a sus grandes conocimientos militares.
Los novicios de la fe de Clangeddin son conocidos como los Sin Ensangrentar. En orden ascendente, los títulos de la iglesia son: Cortador del Hacha, Escudero, Caballero del Tercer Rango, Caballero del Segundo rango, Caballero del Primer Rango, y Caballero Comandante. Estos títulos muchas veces son superados por títulos que van asociados a una posición concreta. Los clérigos más viejos son conocidos como Princesa/Príncipe de la Guerra.
Los clérigos de Clangeddin suelen ser enanos dorados (50%) y enanos escudo (50%). La mayor parte de los clérigos de la fe son varones (90%).
La iglesia de Clangeddin cuenta con un gran número de grupos y hermandades consagradas al dios. Es una práctica común y que lleva en marcha desde hace siglos. Los seguidores de Clangeddin en cada clan o reino suelen organizarse en una o más compañías teniendo cada una de ellas un nombre propio y sus logros.
Algunas de las compañías más famosas son Los Caballeros de la Novena Hacha, Los Valerosos Ciervos del Alto Shanatar, la Orden de la Luna Creciente (dedicada a Clangeddin y Selune), la Compañía del Hacha Sangrienta, los Marineros de las Olas Montañosas (los Barbalocas Marinos de la Fabulosa Haunghfanar), las Brillantes Espadas de Itlkazar, la Gloria de Gauntlgrym y la Compañía del último Kuldjargh.
Los clérigos de Clangeddin llevan cota de mallas de plata, yelmos de guerra, y tabardos mostrando símbolos del Padre de la Batalla como vestimenta tradicional. Los clérigos de Clangeddin rara vez se quitan sus yelmos, a pesar de que no existe una prohibición.
El símbolo sagrado de la fe es una pareja de hachas de hierro en miniatura soldadas juntas en forma de cruz. Normalmente se encuentra cogido por una cadena y llevado alrededor del cuello.
Rituales
Los clérigos de Clangeddin rezan para sus conjuros por la mañana. Para la fe de Clangeddin la celebración de batallas pasadas tiene un significado especial. Durante estas celebraciones es común que los clérigos rompan un arma ungida por su sangre y cuenten relatos sobre victorias que nunca deben de ser olvidadas.
Una acción muy común de los alaghor es la de enfrascarse durante los combates en frenéticos cantos de batalla durante el fragor de la batalla. Estos cantos, conocidos como ehontar (“canciones que traen el medo a los corazones de los cobardes) suelen ser bajas y zumbantes y tienen como fin elevar el espíritu de los combatientes asegurándoles que Clangeddin los unirá a su ejército celestial si mueren haciendo progresar el destino de los enanos o protegiendo sus fortalezas.